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Garyullo el 11/07/2020 09:43:01 pm - Puntaje:
41 Por alguna razón no funciona el paginado de los threads, salvo en el del Crap.
A pesar de ello las respuestas que no aparecen están al alcance de todos y se puede acceder a ellas cambiando un numerito en la URL.
Ejemplo:
En el thread Comenta Las Últimas Series Que Viste X 363
cuya URL es https://www.subdivx.com/X12X69X244394X0X0X1X-comenta-las-ultimas-series-que-viste-x-363.html
hay que cambiar el 1 que está justo antes del nombre X1X-comenta... por un 2 o 3 o la mierda de página a la que quieras acceder.
AsÃ, la página 2 del thread es:
https://www.subdivx.com/X12X69X244394X0X0X2X-comenta-las-ultimas-series-que-viste-x-363.html
Un aporte pelotudo pero útil.
No se olviden de darme Like, suscribirse a mi canal y comprar mis T-Shirts y gorras.
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Garyullo el 24/11/2020 10:15:28 am - Puntaje:
31 Como preludio a mostrar lo que un HIJO DE PUTA MALPARIDO es capaz de decir cuando le pagan por decirlo, hice una pequeña búsqueda.
En cualquiera de estos [link]http://www.youtube.com/results?search_query=victor+hugo+morales+jubilados[/link][anchor_text]v
ideos[/anchor_text] se puede ver a un VÃctor Hugo Morales preocupadÃsssimo por los jubilados, por cómo les roban la plata y el destino que se le da a ese dinero.
Si no se aguantan las arcadas, basta con leer los tÃtulos de los videos.
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Garyullo el 28/11/2020 04:51:24 am - Puntaje:
28 El Twisto estaba harto. Y se habÃa decidido. Ya no soportarÃa más que le faltaran el respeto y se hallaba dispuesto a cobrar una vida, si era necesario.
El desafÃo habÃa sido aceptado y disponÃa de unas cuantas horas para prepararse fÃsica y mentalmente. No sabÃa con qué se iba a encontrar, asà que echó un vistazo a su arsenal.
LlevarÃa los nunchakus forrados en satén, con la cadenita cuyos eslabones de hilo habÃa tejido al crochet, durante incontables noches de insomnio, este invierno de cuarentena. El sobrio negro de los palos contrastaba perfectamente con el amarillo y rojo del combinado de los eslabones.
Apartó también el impresionante bate con pinchos que habÃa armado siguiendo algunos consejos de sus más Ãntimos amigos del foro. SabÃa que los pinchos volarÃan al primer contacto, pues los habÃa pegado con Boligoma, pero su presencia le daba al bate un aspecto terrorÃfico y, lo que querÃa, era justamente eso, intimidar.
¿Qué más le hacÃa falta? Lo más prudente era mantenerse liviano. Cualquier exceso en la carga de armamento, dificultarÃa sus movimientos y perderÃa elegancia a la vez que aumentarÃa su vulnerabilidad, asà que se decidió por el hermoso casco normando de fibra de vidrio que imitaba perfectamente al acero más duro. Además, el tabique protector que cubrÃa la nariz, le daba una apariencia... cómo definirlo... de realeza, eso. Realzaba su aspecto la corta cota de malla, hasta los hombros, cubriendo la nuca y las orejas, también tejidas por sus propias manos y agujas crochet, pero esta vez de un austero color gris. No querÃa sobresalir demasiado. Cualquier exceso en los colores, convertirÃa su imponente elegancia en un cocoliche bochornoso.
Una chomba de rugby, manga larga, con hombros y codos acolchados para cubrir sus delicados huesos, combinaban con sus shorts y calzas de invierno. No le importaba el calor, pero si ganaba la justa, no querÃa ir a la pile con horribles raspones en sus escuálidos muslos.
Para completar su equipo y proteger sus piernas, unas coquetas rodilleras Nike negras acolchonadas, canilleras, medias y zapatillas trekking haciendo juego en tono y marca. No iba a descuidar su aspecto en ningún detalle.
Y guantes, importantÃsimo e infaltable Ãtem. Sus manos eran su más sobresaliente cualidad, a la hora de servir el té y decidió darles doble protección. Usó los que habÃan sido de su abuela, cuando se casó con el abuelo, del lado de adentro, para que no se produjera roce con su piel tan sensible. Encima se colocó los que le habÃa regalado su mejor amigo, un enorme oso motoquero cuyo recuerdo hizo que se sonrojara un poco y le sacó una sonrisa pÃcara. Enooormes y de cuero negro. TodavÃa podÃa sentir su olor... Otra sonrisa.
Lo más voluminoso, pero eso sólo lo afectaba en la etapa del viaje hasta el lugar del encuentro, era la tribuna plegable donde colocarÃa a todas sus Barbies para que presenciaran su victoria y lo alentaran hacia ella.
Su pequeño caniche toy gimió al verlo salir de la casa, pertrechado para la batalla y tuvo que realizar un esfuerzo sobrehumano para no romper en lágrimas al mirar hacia atrás, por la ventanilla del Uber (habÃa pedido especialmente un hÃbrido) mientras se alejaba, pensando que tal vez no volverÃa a verlo...